No olvides ninguno de sus beneficios

 

Bendice, alma mía, a Jehová,

Y bendiga todo mi ser su santo nombre.

Bendice, alma mía, a Jehová,

no olvides ninguno de sus beneficios.

Él es quien perdona todas tus iniquidades,

El que sana todas tus dolencias;

El que rescata del hoyo tu vida,

El que te corona de favores y misericordias;

El que sacia de bien tu boca

De modo que te rejuvenezcas como el águila.

-Salmos 103:1-5

No olvides ninguno de sus beneficios

Hace varios días, busqué en mi computadora personal en un servicio de archivo de fotos, todas las fotos sacadas por el ultimo año. No puede hacer más que quebrantado, dar gracias a Dios por sus bondades. Ver con mis propios ojos la fidelidad de Dios y su bondad de crear experiencias memorables para mi familia, para su iglesia y también para mí. Con mis propios ojos ver a mi esposa fiel, a mis hijos crecer y reír, cumplir algunos planes, tener la provisión diaria, un techo, un trabajo, una familia extendida. Un pequeño sabor del reino de Dios sobre la tierra. Si contamos sus obras no pueden ser enumeradas pero; ¿Con qué facilidad borramos las buenas memorias de nuestra vida? ¿Con qué velocidad descartamos a Dios trabajando en lo ordinario?


Trae a la memoria sus beneficios para contigo

El salmista tenía un principio bíblico de recordarle a su alma los beneficios de Dios. Y esto es sumamente importante. Es importante pues en nuestra naturaleza caída y en nuestro pecado remanente queda el síndrome de la ingratitud. La raíz de la ingratitud es un apetito insaciable por más, pero la naturaleza de la ingratitud es borrar de la memoria la gloria y los beneficios de Dios para contigo para hacerte creer la mentira de tu autosuficiencia. La ingratitud le dice a Dios sin palabras: "yo lo hubiese hecho mejor", o "Nada de lo que haces por mí es suficiente" o " ya ves Dios, Tu no entiendes"

Por esto uno de los medios para dar Gracias es traer a la memoria sus beneficios.

El es quien perdona todas tus iniquidades

Estamos en un ciclo interminable de deuda con Dios.Esencialmente no podremos dar de vuelta a Dios ninguna cosa de la que Él ya nos ha regalado antes, ni tampoco Él necesita nada de nosotros. Podría entonces parecer piadoso, ser agradecidos. Pero aunque el corazón agradecido es sumamente importante y de la naturaleza de la salvación por gracia, no es la motivación principal por la cuál estar en paz con Dios.

Estamos en paz con Dios porque en Jesucristo, Él ha perdonado todas nuestras iniquidades. En otras palabras Jesús es suficiente. Punto. Si vivimos en paz con Dios es por que hemos recibido el regalo mas costoso, más grande y con repercusiones infinitas. En Jesús, Dios ha perdonado toda nuestra deuda de transgresiones y pecados inclusive, nuestra ingratitud. Y nos ha dado una eternidad segura en la presencia de Dios, teniendo acceso a todos los beneficios de Dios en Jesús . Esta única razón es suficiente para ser eternamente agradecidos en Él.

En el libro de Lucas, vuelven 70 discípulos de Jesús gozosos por haber hecho algunos exorcismos, sin embargo Jesús les muestra una fuente mayor de gozo supremo:

Jesús dice:

“Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.”

-Lucas 10:20

La fuente primaria de nuestra satisfacción y gozo son las repercusiones eternas de la vida, muerte y la resurrección del hijo de Dios; estar escritos en el libro de la vida. Cualquier cosa que nosotros hacemos para la gloria de Dios, solo es consecuencia de la salvación por gracia. Dios mismo es nuestra gloria y no nuestras mejores obras.

Que en este día puedas ver las repercusiones eternas del regalo más grande del autor de la fe, que perdono todas tus iniquidades y ser agradecido.